domingo, 17 de marzo de 2013

Herencias


      ¿Alguna vez has sentido vergüenza al decir de dónde eres?  Si te has sentido diferente, excluido o discriminado al hablar tu idioma natal; si la última vez que seguiste las costumbres o tradiciones familiares o algo típico de tu país fue hace mucho tiempo, tal vez te sientas identificado con lo que vas a leer.
     Inmigrantes, no importa de qué país, todos tenemos algo en común: llegamos a este país buscando vivir mejor; queremos que nuestras familias tengan un mejor mañana y tengan más de lo que nosotros pudimos tener.
      Este país nos ha dado la oportunidad de creer en la libertad, en la mejor calidad de vida, en una mejor educación para nuestros hijos y en que vamos a vivir “el sueño americano”.
      En el estado de Iowa, aproximadamente el 3.8% de la población somos Latinos o Hispanos, esto nos hace suponer que de cada 100 personas 3 somos hispanos, y la mayoría de ese porcentaje somos mexicanos.
     Alguna vez  un amigo me dijo (y siempre que tengo oportunidad lo repito): -"Aquí, (USA) puedes hablar inglés, terminar la High School, tener una carrera universitaria, y aun así, para los gringos (nótese que no es algo ofensivo, sino la forma popular mexicana de referirnos a los americanos blancos) vas a seguir siendo mexicano". Muy sabio pensamiento. No es algo malo,  nuestro color de piel, nuestros rasgos y nuestras costumbres nos distinguen, y nos hacen ser lo que somos.
       ¿Y todo esto a qué viene? Bueno, he conocido y escuchado a algunas personas (hispanas) hablar inglés a sus hijos y no solo para que lo aprendan, sino porque les da vergüenza hablar español.
      Entiendo que la situación para los inmigrantes es difícil, se puede vivir con miedo, inseguridad e inclusive sin libertad, en ocasiones el no hacemos notar, nos hace sentir más seguros.
      Lejos de nuestro país de origen, nos queda nuestro idioma, costumbres, tradiciones, valores y la sazón de nuestra comida, y aunque pasamos muchos años aquí en Estados Unidos nunca se nos olvida. Nuestros hijos crecen con las dos costumbres, festejan cosas de aquí y de allá, les gusta la comida americana y la tradicional de nuestro país, entonces, ¿porque no hablar inglés y español?
     Siempre queremos y sonamos con dejar a nuestros hijos casas, carros, joyas y esperamos que nunca batallen tanto como nosotros, sin embargo las herencias no son solo materiales, una buena educación, cultura, valores y amor por la familia, la vida y el país es algo que no tiene precio.
     Que no te dé pena hablar tu idioma, deja a tus hijos la herencia de ser bilingües. Si tienes la oportunidad, llévalos a conocer el país donde naciste, ensénales de donde vienen, herédales tu cultura y religión, enséñales lo que sabes y aprende de ellos.
     Y ahora que ya estamos en Estados Unidos, si no sabes, aprende inglés, eso te sirve para que puedas comunicarte mejor, entérate de las noticias, pregunta,  aprovecha las oportunidades y disfruta de todo lo que tienes.
    Vive tu vida libre y feliz, se tolerante, generoso, sincero y honesto, la mejor forma de enseñar a tus hijos es con el ejemplo,  y recuerda esta frase de Abraham Lincoln 
Al final, lo que importa no son los años de vida, sino la vida de los años”

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